INTRODUCCION AL ENEGRAMA
SEGUN GURDJIEFF
Dejamos de ser limitados a partir de hacer trabajar
todos los centros.
Es imposible recordarse a sí mismo. La gente no recuerda
porque quiere vivir sólo por medio de la mente.
Y otras partes del cuerpo no tienen ningún deseo de recordar.
G.I.Gurdjieff
Para recordar con los tres centros a la vez, al
comienzo es preciso observar cómo la parte mental se reviste de pensamientos deductivos de toda clase, ver como la
parte emocional se reviste de emociones
sensiblería y negativas y por último lo anterior está a su vez
teñidos por el estado en que se encuentra el cuerpo (centro instintivo): acelerado,
cansado, liviano, adormecido, ansioso, ligero, pesado, nervioso, enfermo
o contracturado.
Con el tiempo estas partes de los centros de las
cuales sólo se tenían nociones vagas, se comenzarán a ver más
nítidamente que esto funciona así. Y recién allí se puede observar
qué tipos de pensamientos y emociones están
asociados, cuál es su núcleo o rasgo principal, para descubrir tu tipología.
Por último se puede pasar a detener los pensamientos, y no
expresar emociones negativas, y mejorar la predisposición de tu cuerpo, hacerlo
antes de tiempo sería anular esas mismas cosas que debes conocer.
Sin el conocimiento de si, sin comprender el trabajo y las
funciones de “la máquina”, el hombre no puede ser libre, no puede gobernar a sí
mismo y siempre va a seguir siendo un esclavo.
G.I.Gurdjieff
Los Nueve
Eneagramas según Claudio Naranjo
INTRODUCCION AL ENEGRAMA
SEGUN GURDJIEFF
Dejamos de ser limitados a partir de hacer trabajar
todos los centros.
Es imposible recordarse a sí mismo. La gente no recuerda
porque quiere vivir sólo por medio de la mente.
Y otras partes del cuerpo no tienen ningún deseo de recordar.
G.I.Gurdjieff
Para recordar con los tres centros a la vez, al
comienzo es preciso observar cómo la parte mental se reviste de pensamientos deductivos de toda clase, ver como la
parte emocional se reviste de emociones
sensiblería y negativas y por último lo anterior está a su vez
teñidos por el estado en que se encuentra el cuerpo (centro instintivo): acelerado,
cansado, liviano, adormecido, ansioso, ligero, pesado, nervioso, enfermo
o contracturado.
Con el tiempo estas partes de los centros de las
cuales sólo se tenían nociones vagas, se comenzarán a ver más
nítidamente que esto funciona así. Y recién allí se puede observar
qué tipos de pensamientos y emociones están
asociados, cuál es su núcleo o rasgo principal, para descubrir tu tipología.
Por último se puede pasar a detener los pensamientos, y no
expresar emociones negativas, y mejorar la predisposición de tu cuerpo, hacerlo
antes de tiempo sería anular esas mismas cosas que debes conocer.
Sin el conocimiento de si, sin comprender el trabajo y las
funciones de “la máquina”, el hombre no puede ser libre, no puede gobernar a sí
mismo y siempre va a seguir siendo un esclavo.
G.I.Gurdjieff
Los Nueve
Eneagramas según Claudio Naranjo
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Tipos Claudio Naranjo
Actualmente, el Eneagrama está
considerado como el sistema de identificación de personalidad más completo,
sofisticado, práctico y útil, jamás descrito.
Estructura y funcionamiento de éste Eneagrama
La palabra Eneagrama deriva del griego ennea gramma, que significa figura de nueve lados. De ahí que, tal y como la ilustra la figura, el eneagrama esté representado por una estrella de nueve puntas inscrita en un círculo.
(Figura 1)
El círculo representa el mundo y, las
puntas, las diferentes maneras de percibirlo. Para identificar mejor cada
variante, se le asignó una cifra y un nombre a cada una, constituyendo así los
nueve tipos distintos de personalidad:
1. El perfeccionista 2. El altruista 3. El ejecutor 4. El romántico 5. El observador 6. El leal 7. El epicúreo8. El jefe 9. El mediador
LOS NUEVE TIPOS DE PERSONALIDAD:
La pertenencia a un eneatipo determinado es innata, es decir, la elección no es voluntaria. Esto se debe a que, cada eneatipo, en función del ambiente familiar que haya tenido, adopta inconscientemente un mecanismo de defensa que desarrolla en su edad adulta. Dicho mecanismo cumple la función de encubrir los motivos ocultos por los que se comporta de un modo en concreto.
Pese a que nos podamos ver influenciados por otros eneatipos o incluso apropiarnos de algunas de sus características, mayoritariamente nos comportamos según el esquema de nuestro tipo.
LOS NUEVE TIPOS DE ENEATIPOS
ENEATIPO 1: EL PERFECCIONISTA
El eneatipo 1, integrado en el grupo visceral, suele calificar de muy dura su infancia. Esta afirmación es cierta en cuanto a que, durante su niñez, fue severamente criticado o castigado. Para escapar de los problemas, se obsesionó intentando ser bueno y correcto en todo momento. No es de extrañar, entonces, que el uno sea perfeccionista, meticuloso, auto disciplinado, cumplidor e hipercrítico con los demás, con el enorme sacrificio y el gran control interno que ello conlleva.
Al perfeccionista
le aterra tanto cometer errores, que con frecuencia antepone el deber al
placer. Para él, sólo hay una forma correcta de hacer las cosas: la imperfección le irrita. Además,
tiende a la corrección en las formas, al control de sus reacciones, a la
rigidez y a la falta de espontaneidad. Cree estar dotado de un alto sentido
ético y moral y es respetuoso hacia las reglas y normas sociales. Su elevado
nivel de exigencia le lleva a una fuerte ira interna, que reprime y sólo
manifiesta de forma racionalizada, corrigiéndose y corrigiendo a los demás,
defendiendo con ahínco lo que cree justo.
En contraposición a
esta rigidez tan característica de su eneatipo, el uno se distingue
positivamente del resto, por su capacidad de concentración en el trabajo bien
hecho.
ENEATIPO 2: EL ALTRUISTA
Este eneatipo, incluido en el grupo de los cordiales, también es conocido como el ayudador del eneagrama.
De muy niño aprendió que, para ser querido y aceptado, debía ser siempre agradable y afectuoso. Asimismo, se acostumbró a actuar satisfaciendo las necesidades ajenas. En consecuencia, ya de adulto, siguió basando su comportamiento en la búsqueda de aprobación. De hecho, el núcleo más importante de su vida son las relaciones. Tiene la imperante necesidad de sentirse amado, protegido e importante en la vida de los demás, para satisfacer su necesidad encubierta de amor.
Al dos le gusta ayudar a los demás y sentirse imprescindible, pues necesita sentirse necesitado, tendiendo incluso a descuidar sus propias necesidades, para complacer a los otros, con la secreta esperanza de que, de esta manera, será correspondido sin tener que pedir.
Su mensaje oculto es: “te doy para que me quieras”. No obstante,
cuando el balance entre lo que da y lo que recibe no está equilibrado, el
altruista se siente explotado y decepcionado. Es en estos momentos cuando
exterioriza su mayor defecto, el orgullo.
Sin embargo, también se sirve de la manipulación para obtener los resultados
deseados.
Otro rasgo destacado de su personalidad es su imagen amable y
seductora.
ENEATIPO 3: EL EJECUTOR
El eneatipo tres, perteneciente al
grupo cordial, vivió una infancia basada en las recompensas que recibía por
cada uno de sus logros. Tanto su imagen como su actuación primaban sobre los
aspectos emocionales. A raíz de esto, aprendió a reprimir sus propias emociones
y a centrar su atención en adquirir estatus que le garantizara el amor.
En la edad adulta
elude el fracaso porque está convencido de que sólo los ganadores son dignos de
amor. De hecho, suele aparcar sus sentimientos, especialmente los que podrían
hacerle parecer débil o descubrir su vulnerabilidad, para centrarse en
conseguir objetivos profesionales, triunfar y adquirir estatus social.
El ejecutor es
básicamente luchador, competitivo, dinámico, pragmático y socialmente
brillante. La imagen que da es muy importante para él y sabe ajustarla a las
expectativas del otro. Camaleónico y buen vendedor de sí mismo, a menudo
confunde la imagen que da, con su propio ser. Se podría decir que, por su forma
de ser en conjunto, representa aquello que más valora la cultura
norteamericana.
En general, le conviene trabajar la
sinceridad, la honestidad y la propia transparencia, prestando más atención a
sus sentimientos y necesidades. También debería dedicar más tiempo al ocio y al
descanso.
ENEATIPO 4: EL ROMANTICO
Este eneatipo, englobado dentro del grupo de los cordiales, experimentó el abandono, en forma de divorcio o separación de los padres, en su más tierna infancia. De modo inconsciente, sufre por la carencia que conllevó esa vivencia y, asimismo, envidia lo que tienen los demás, percibiéndolo como algo que a él le ha sido negado. Por eso, en la edad adulta, busca la intensidad emocional y el dramatismo, para sentirse vivo.
El romántico está secretamente convencido de que la gente le abandona
porque posee una tara personal que provoca
rechazo. Tanto es así, que reproduce constantemente su traumática
experiencia abandonando a sus parejas o siendo abandonado por ellas. Por otra
parte, al verse muy diferente a los demás, potencia este rasgo de distinción
sintiéndose especial. Así pues, no es de extrañar que se le califique de
bohemio, raro, original, distinto, e incluso excéntrico.
El cuatro necesita calor afectivo, compartir su estado de ánimo,
sentirse escuchado y querido, vivir momentos únicos, intensos y excepcionales.
Fundamentalmente es romántico, sensible, creativo, preocupado por la belleza y
la estética, con tendencias artísticas. Rechaza la rutina y la vulgaridad.
Su máximo defecto
es la envidia, pero también le definen rasgos negativos, tales como su propensión a
los altibajos emocionales y a la depresión, su visión fatalista de la vida y su
tendencia a vivir en el pasado o en el futuro, pero difícilmente en el
presente.
ENEATIPO 5: EL OBSERVADOR
Este eneatipo, integrante del grupo cerebral, se sintió muy invadido en su infancia: careció de intimidad y su privacidad fue violada. Este es, a menudo, el caso de los hijos de familia muy numerosa. A consecuencia de esto, el cinco elaboró una estrategia consistente en retirarse y aislarse para proteger su espacio privado. Para él, el mundo exterior es amenazante y peligroso.
Así pues, el cinco es muy celoso de
su intimidad y le gusta observar más que participar. Como le cuesta expresar
sus emociones, suele mantener una actitud fría y distante, protegiéndose
excesivamente del contacto con los demás. Estar demasiado tiempo con los demás
le fatiga porque sus demandas afectivas le hacen sentir inseguro. Y,
ciertamente, le resulta más fácil sentir y ordenar sus emociones cuando está
solo.
Lo que más le apasiona es analizar,
comprender y acumular conocimientos. Tiende a ser independiente y
autosuficiente.
En general, le convendría aprender a tolerar sus sentimientos, sin
desconectarse, y a no esconderse cuando los demás buscan una respuesta de
ellos. También les beneficiaría compartir sus conocimientos y sus emociones,
para salir de su aislamiento.
ENEATIPO 6: EL LEAL
El eneatipo seis, también integrante
del grupo cordial, creció en un ambiente familiar hostil, generalmente marcado
por unos padres dominantes y autoritarios que, además de castigarlo y
humillarlo, no le inspiraban ninguna confianza. Estos castigos respondían a la
inestabilidad paternal, más que a un mal comportamiento del seis. En
consecuencia, éste perdió la fe en la autoridad y empezó a sospechar de las
intenciones de los demás.
No obstante, pese a que, de adulto,
le cuesta confiar en los demás, cuando lo hace, denota un elevado sentido de la
lealtad.
En su edad adulta, el leal opta, o
bien por encontrar una figura protectora sólida, o bien por desafiar a la
autoridad.
Este eneatipo exagera los peligros y
evita los riesgos, mostrándose excesivamente prudente y temeroso. Sin embargo,
aunque esté siempre alerta, detesta sentirse observado.
Antes de actuar, da muchas vueltas a
la situación y tiene muchas dudas. Aparte, posee un estricto sentido del deber
y suele aferrarse a las normas y a las cosas previsibles, para obtener
seguridad. Le agrada defender a los débiles, aunque vea la batalla perdida de antemano.
En general, le conviene aprender a
correr riesgos, a actuar y a seguir adelante ,aún sintiendo miedo, y a tomar
decisiones para ganar confianza en sí mismo. No debería eludir
responsabilidades escudándose en la autoridad.
ENEATIPO 7: EL EPICUREO
El eneatipo siete es el tercer y último miembro del grupo cerebral.
Recuerda su infancia con cariño, ya
que todos los recuerdos que tiene de ella son agradables. De todos los
eneatipos, el siete, se caracteriza por haber tenido la infancia más idílica.
Teniendo en cuenta esto, no es de extrañar que el siete sea optimista
por naturaleza, pues para él la vida es una fiesta continua.
El epicúreo, como su nombre indica, busca constantemente el placer, la
aventura y el hedonismo. Por otra parte, posee una mente ágil, así como una
imaginación privilegiada, y es un conversador brillante y persuasivo.
Como contrapartida, le cuesta afrontar las realidades dolorosas de la
vida. Intenta evadirse del aburrimiento y del dolor manteniendo altos niveles
de excitación, realizando muchas actividades y dejando múltiples opciones
abiertas. Adora la novedad, tener muchos proyectos y estar continuamente en
movimiento, pero le cuesta terminar lo que ha empezado. Indisciplinado y auto
indulgente, no soporta los límites, ni sentirse atado por compromisos.
Le conviene aprender a llevar adelante los compromisos adquiridos, en
lugar de buscar continuamente la novedad y el cambio; a saber establecer
prioridades sin dejarse llevar por los impulsos del momento; a afrontar el
dolor cuando es necesario, resistiendo su tendencia a evadirse en la búsqueda
compulsiva de placer o a exagerar el lado positivo de las cosas, y a
profundizar más dando preferencia a la calidad, antes que a la cantidad.
ENEATIPO 8: EL JEFE
El eneatipo ocho, integrante del grupo visceral, se crió en un ambiente combativo, donde los fuertes eran respetados y los débiles no. Su temor a encontrarse en desventaja hizo que se protegiera, llegando a desarrollar una exquisita sensibilidad para detectar las intenciones negativas de los demás.
Ya de adulto, el ocho se crece con el conflicto, no le asusta. Se identifica a sí mismo como un justiciero deseoso de defender a los débiles y de luchar contra causas injustas.
El jefe es una persona visceral, impulsiva, directa, dominante. Por lo
general, ha desarrollado excesivamente su agresividad y su lado duro, en
detrimento de su lado más tierno y sensible. Le gusta tener control de las
situaciones e imponer sus propias reglas. Es combativo, pasional y capaz de
tomar decisiones rápidas. Se abre camino por la fuerza y tiende a saltarse las
prohibiciones y los límites. Siente una gran energía que se manifiesta, sobre
todo, a través de la ira. A menudo, busca la confrontación para conocer las
motivaciones del otro y saber dónde situarle, como amigo o como enemigo. El
asunto central para él es: “¿quién tiene el poder?” Es muy fiel a sus amigos.
Pese a tener un gran corazón, demuestra su afecto protegiendo.
ENEATIPO 9: EL MEDIADOR
Este eneatipo, también considerado el pacificador del eneagrama, pertenece al grupo visceral.
Dado que el eneatipo 9 se sintió
ignorado durante su infancia; bien porque sus opiniones no eran tenidas en
cuenta, o porque sus hermanos le eclipsaban, aprendió a anestesiar sus
necesidades e incluso a olvidarse de sí mismo. De ahí que a menudo se fusione
con los deseos de los demás y los sienta como propios.
El mediador teme hasta tal punto la
separación y anhela tanto la armonía en sus relaciones, que opta por reprimir
su ira para evitar confrontaciones y conflictos. Por esta razón, le gustan la
tranquilidad, la comodidad y una cierta rutina. El nueve es conocido por su
carácter bondadoso y conciliador. De todos los eneatipos, él es el que mejor
sabe escuchar y comprender a los demás, poniéndose en su lugar. No obstante, detesta
sentirse presionado y es incapaz de tomar decisiones con rapidez. Su mayor
defecto es la pereza, ya que le cuesta diferenciar lo importante de lo
secundario y tiene tendencia a una cierta indolencia y a postergar. En
ocasiones puede mitigar su ansiedad comiendo o bebiendo en exceso.
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